La historia de Shannon Rose

Diagnóstico: Enfermedad de Coats y glaucoma neovascular

Cuando Shannon tenía sólo dos años, su madre Rosemary empezó a notar que su ojo se desviaba. Rosemary se preocupó lo suficiente como para llevar a Shannon a un oftalmólogo para que la examinara a fondo. El oftalmólogo descubrió que Shannon tenía una visión de 20/200 en ese ojo y le recetó gafas. También la puso en un programa de parches.

En las semanas siguientes, Rosemary y su hermana Kathy notaron un brillo en el ojo de Shannon en muchas de las fotos que tomaron. Además, Shannon estaba teniendo muchas dificultades con el régimen de parches. En la siguiente visita al oftalmólogo, Rosemary le expresó su preocupación. Fue en esta cita cuando notó que había líquido en la parte posterior del ojo de Shannon. La enviaron a la Dra. Carol Shields del Wills Eye Hospital de Filadelfia.

Bajo anestesia, se confirmó que Shannon tiene la enfermedad de Coats. La enfermedad de Coats es un raro trastorno ocular congénito que se caracteriza por el desarrollo anormal de vasos sanguíneos detrás de la retina. El líquido puede filtrarse desde estos vasos hacia el ojo. Después de seis procedimientos, los médicos lograron detener la formación de líquido en la parte posterior del ojo de Shannon. Por desgracia, su retina se desprendió. Además, se formó un tejido cicatrizal que dejó a Shannon ciega en el ojo afectado. Shannon se recuperó muy bien, pero a los cinco años, Rosemary notó que el ojo de Shannon volvía a desviarse. Shannon se sometió a una cirugía en Wills Eye con su oftalmólogo el Dr. Kammi Gunton para corregir con éxito la alineación de su ojo. Shannon volvió a pasar varios años sin problemas.

En febrero de 2015, cuando Shannon tenía 11 años, se despertó con un ojo muy rojo, irritado y dolorido. Rápidamente se descubrió que había desarrollado un glaucoma neovascular. A pesar de intentar aliviar sus molestias con medicación, Shannon no conseguía controlar el dolor. En julio de 2015, tras varios meses y una cuidadosa consideración, Shannon y su familia decidieron enuclear su ojo. A Shannon le fue muy bien este procedimiento y le encanta su nueva prótesis.

La mejor noticia es que ya no tiene ningún dolor. Shannon es ahora una niña de 11 años de edad, de sexto grado, muy feliz, próspera y hermosa. Shannon y su familia esperan que, al compartir su historia, las familias de otros niños reconozcan la señal de advertencia que es "El resplandor" en las fotografías y encuentren también su camino hacia la atención a tiempo.