La historia de Mikey

Diagnóstico: Enfermedad de Coats

Cuando Michael, "Mikey", nació, un médico le revisó los ojos y todo parecía perfecto. Sin embargo, en los meses siguientes, su madre, Dana, descubrió que había algo que no encajaba en las fotos de Mikey. No podía describir exactamente lo que notaba, pero su intuición le decía que algo iba mal. Durante la revisión de dos meses de Mikey, el pediatra se dio cuenta de que no tenía el reflejo del ojo rojo en el ojo derecho. La familia fue enviada a ver a un especialista para determinar por qué ocurría esto. Este médico le dijo a Dana que Mikey tenía una retina desgarrada y que no tenía visión en el ojo derecho. No le dieron ningún curso de acción. Frustrada por este diagnóstico, Dana llevó a Mikey a otros médicos para determinar si se podía hacer algo para mejorar el estado de su hijo. Finalmente, cuando Mikey tenía 18 meses, encontró un oftalmólogo que le dio algunas respuestas. Los médicos evaluaron a Mikey bajo anestesia y descubrieron que tenía la enfermedad de Coats. Su retina estaba completamente desprendida. Con sólo un año y medio de edad, era el caso más temprano de Coats que había visto su oftalmólogo. Al cabo de dos meses, Mikey mostraba signos de dolor intenso. Lloraba y se frotaba los ojos constantemente. Dana lo llevó de nuevo al especialista, que descubrió que Mikey había desarrollado un glaucoma y una catarata en el mismo ojo. La enfermedad de Coats no sólo era muy precoz, sino también muy progresiva. Desde entonces, Mikey sigue un régimen de tres colirios diarios. Uno es para controlar el dolor, otro para reducir la hinchazón y el tercero para mantener el ojo dilatado con la esperanza de introducir todo el oxígeno posible. Se les ha dicho que Mikey podría necesitar algún día enuclear su ojo derecho. Por ahora, su ojo está estable. Mikey ya no tiene dolor y es un niño de 3 años muy feliz y activo.