La historia de Maelyn

Diagnóstico: Retinoblastoma bilateral

En 2009, Hien Vu dejó su casa y a toda su familia en Vietnam. Soñaba con estudiar en Estados Unidos y finalmente se trasladó a Arizona con un visado de estudiante, donde asistió a la Universidad Estatal de Arizona. Hien trabajó muy duro durante este tiempo no sólo en su inglés, sino que también se graduó en la Universidad Estatal de Arizona con un título en matemáticas. También fue aquí donde Hien conoció a su marido, y con el tiempo se convirtió en ciudadana estadounidense de pleno derecho.

En 2019, Hien y su marido dieron la bienvenida a su primer hijo, una niña llamada Maelyn Erin. Maelyn fue un bebé muy sano y feliz. Alcanzó todos sus hitos de desarrollo y fue la alegría de la vida de sus padres. Cuando Maelyn tenía 3 meses, el marido de Hien se dio cuenta de que los ojos de Maelyn habían empezado a desviarse. Sin preocuparse demasiado, mencionaron la desviación al pediatra de Maelyn. Les aseguraron que este comportamiento era normal en los recién nacidos.  

Sin embargo, el comportamiento no cesó y los padres empezaron a preocuparse de que pudiera ser un signo de algo más. No fue hasta que se reunieron con un tercer pediatra, cuando Maelyn tenía cuatro meses, cuando obtuvieron algunas respuestas. Hien dice que esta visita cambió el curso de la vida de su hija. El Dr. Chris Cwik supo inmediatamente que había un problema grave y llamó al Phoenix Children's Hospital para que la vieran de inmediato.

Aquí se reunieron con la Dra. Aparna Ramasubramanian. A Maelyn le diagnosticaron un retinoblastoma bilateral. Tenía tumores en ambos ojos. Se le hicieron varias pruebas para determinar la gravedad de este cáncer y fue ingresada ese mismo día en el hospital para comenzar un régimen de quimioterapia sistémica.

Entre los cuatro y los diez meses, Maelyn recibió seis rondas de quimioterapia sistémica. En febrero de 2021, su quimioterapia había terminado. El Dr. Ramasubramanian pudo salvar la mayor parte de la visión del ojo derecho de Maelyn, y algo de visión limitada en el izquierdo. A partir de ahora, no es necesario aplicar láser o crioterapia.  

Una vez que el Covid llegó a Estados Unidos, la familia de Hien decidió trasladarse a una granja en Delaware, donde podían trabajar desde casa y cuidar de Maelyn. Como resultado, trasladaron sus tratamientos a la Dra. Carol Shields del Wills Eye Institute de Filadelfia. La familia viaja dos horas cada tres meses para controlar los tumores y asegurarse de que no hay nuevos crecimientos.

Maelyn tiene ahora dos años y está prosperando. Es una niña muy feliz y sana. Hien está muy agradecida de que su enfermedad se descubriera en una fase tan temprana de su desarrollo, ya que sabe que si no se hubiera tratado, el resultado de Maelyn podría haber sido muy diferente. Espera que al compartir su historia no sólo otras familias sean conscientes de los signos de una enfermedad ocular grave, sino que todos los pediatras sean más conscientes de las señales de advertencia de posibles problemas de visión.