La historia de Fiona sobre el resplandor

En el año 1934, Fiona Fairlie sólo tenía 18 meses. Su padre estaba jugando con ella una tarde e hizo un descubrimiento que cambiaría su vida para siempre. En aquella época no se distribuía mucha información sobre el cáncer infantil, especialmente sobre la forma tan rara de cáncer de ojo conocida como Retinoblastoma. Tampoco había información sobre "el resplandor" que puede aparecer en el ojo cuando un niño tiene este raro cáncer.

Sin embargo, el padre de Fiona supo instintivamente que algo iba terriblemente mal cuando la sostuvo al trasluz y vio un extraño brillo en el ojo de Fiona. La llevó rápidamente al médico explicándole lo que había notado. Tras un examen, sus temores se confirmaron. Les dijeron que Fiona tenía un retinoblastoma y que había que extirparle el ojo inmediatamente para salvarle la vida. La enucleación se realizó dos días después. Fiona se libró del cáncer y pasó a vivir una adolescencia bastante normal. Sin embargo, dice que no fue hasta que le pusieron una prótesis ocular a los 20 años cuando empezó a "vivir" de verdad.   

Los padres de Fiona la apoyaron increíblemente y reforzaron con fuerza que era tan capaz como cualquier persona con visión en ambos ojos.  

La animaron a emprender cualquier empresa que quisiera probar. Fiona lo hizo. Se sacó el carné de conducir, bailó, montó en bicicleta y se convirtió en una excelente nadadora.

A los 84 años, Fiona sigue disfrutando de todas estas actividades. Es muy activa, sana, está en forma y, sobre todo, sigue siendo la mujer segura de sí misma que sus padres ayudaron a desarrollar. La pérdida de visión no la ha frenado. Fiona quiere que los padres sepan lo importante que es animar a sus hijos e inculcarles confianza. Espera que, con amor y apoyo, todos los niños que encontramos juntos crezcan y disfruten de una vida maravillosa.

ACTUALIZACIÓN: Fiona tiene ahora 86 años y sigue estando increíblemente sana, feliz y entusiasmada con la vida. Le encanta su jubilación y se mantiene ocupada bailando, nadando y paseando. Fiona tiene una gran familia que le proporciona mucho amor y alegría en su vida. Fiona sigue muy decidida a compartir su historia tan a menudo como sea posible para dar a conocer el Glow con la esperanza de que otras familias estén informadas y consigan que sus hijos reciban la atención que necesitan.